27-09-2010

Considero que el adjetivo escritor le queda grande a (casi) todos.

Por eso digo que escribo historias y que, a veces, se me dan lindas. La cagada es que eso no me permite, aunque quisiera, vivir de cada una de mis letras.

Sin embargo, cada tanto mis boludeces me dan buenas alegrías.

He salido últimamente en AXXÓN y en PRÓXIMA. Además, si los dioses imprenteros lo permiten, en algún momento de los meses futuros saldré en SENSACIÓN. Si no estuviese tan onanista, y tan metido en mis laburos, estimo que saldría también en FORJADORES.

Pero todo no se puede.

De momento, soy feliz sabiendo que comparto cartelera con gente que realmente sabe lo que hace. Yo, en cambio, fiel a mi costumbre de dudar hasta de la viabilidad de la duda misma, tiemblo cuando alguien me obliga a decir algo sobre mi obra.

¿Acaso existe tal cosa?

Digo, la obra de uno, ¿qué vendría a ser? ¿La vida? ¿La proyectada casa y/o familia? ¿Todo el código que generé para páginas web y demases yerbas?

Tampoco sé, pero como que, igual, todo no se puede.

Por ahora me conformo con escribir con acierto, algunas veces. Ya habrá tiempo de abarcar esa totalidad para la que todavía no me da el cuero.

Comentarios

Entradas populares