18-11-2011
Vuelvo a la blogósfera cuando parece que ha muerto (la blogósfera, se entiende). Lo digo así, porque la mayoría de los blogs amigos dejaron de actualizarse hace años. Se siente extraño saber que algo que se compartía con tantos ha desaparecido, para siempre.
No voy a hacer un análisis sobre las causas de la caída en desgracia de la blogósfera, es decir, desde aquellos gloriosos inicios en los que cualquier boludo tenía un blog (Feinmann dixit), entre las que incluyo a Facebook y Twitter. Además de cierta tendencia hacia la inmediatez.
La cosa es que vuelvo a publicar y leer blogs. Y me doy cuenta de que ya no es lo mismo, es decir, de que la población bloguera ha mermado bastante, pero todavía siguen siendo una herramienta de expresión interesante y muy válida. Quizá no tan masiva como antes.
No sé, quería decir eso nomás.
No voy a hacer un análisis sobre las causas de la caída en desgracia de la blogósfera, es decir, desde aquellos gloriosos inicios en los que cualquier boludo tenía un blog (Feinmann dixit), entre las que incluyo a Facebook y Twitter. Además de cierta tendencia hacia la inmediatez.
La cosa es que vuelvo a publicar y leer blogs. Y me doy cuenta de que ya no es lo mismo, es decir, de que la población bloguera ha mermado bastante, pero todavía siguen siendo una herramienta de expresión interesante y muy válida. Quizá no tan masiva como antes.
No sé, quería decir eso nomás.
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