24-01-2011

*En los momentos de soledad me sentía acompañado por mis personajes. Y eso me gustó.

*Hacía ya una hora que había parado de escribir; pero no podía dormir. Mi cabeza era un lavarropas centrífugo.

*Siempre leí para evitar mi miedo a la soledad. Para ahuyentar los fantasmas de mi pasado. Para encontrar alguna explicación a cosas que daban vueltas y vueltas en mi cabeza. también empecé a escribir para llenar el agujero infinito de nada que rodeaba mi existencia.

en Graffiti Ninja (todas ellas).


Capaz que no es exactamente miedo. Capaz que (sólo) es el peso de una responsabilidad que no quiero reconocer como propia.

¿A quién le gusta hacerse cargo de sus hijos literarios?

Entiendo que mis letras siempre han sido un escudo, un escondite, una forma de disimularme y reinventarme y conocerme. Nunca han servido como plataforma de lanzamiento. No sé usarlas así. Nunca supe. Además, no creo que vengan con una mecha como las cañitas voladoras.

Pero también sé que, listo o no, voy a despegar abrazado a mis personajes. No tengo ni puta idea hacia dónde.

Ponele que al carajo.

¿De ahí vendrá el miedo, digo, de lo desconocido que representa el carajo?

Pero yo sé bien lo que es escribir. Bah, sé que es puro esfuerzo correctivo y quebraderos de espalda. Y también pasarse sudando la tinta gorda en noches de birome roja, pa' después desnudarse ante uno o dos amigos y esperar que el hachazo (un golpe buscado y bien esperado, dicho sea de paso) deje algo entero del texto que habrá que (re)tejer otra vez.

Todo muy lindo, muy familiar, pero el miedo no se va.

Encima ahora me llegan flashes desde atrás, como recuerdos remolones que se tomaron su tiempo para alcanzarme.

Me veo escribiendo en un bar de San Telmo que ahora es heladería (y que en la puerta exhibe una figura de Mafalda sentada en un banco de plaza), de fondo se escucha una banda horrible. Recuerdo que escribo sobre un loco lindo que quiere hacer la revolución pero se sabe apenas un hombre, un número, un elemento insignifcante en la gran y absurda vida. Escribo sobre un ingenuo que no soporta los veranos sin ventilador.

Salto al subsuelo de la Galería Jardín y me veo leyendo un libro de Saint Exupery que compara al árbol que crece con el hombre, pero no con cualquier hombre sino con aquél que decide vivir a dejarse regar. Me veo subrayando y escribiendo y volviendo a subrayar. Y recuerdo algo anotado al margen, en un cuaderno al azar: ni loco, ni atrevido ni en pose. No le tengo miedo a la muerte porque soy un surfer. Y, sí, me emborracho en un fogón para ir a bailar entre la espuma a la mañana siguiente. Y mi vida pasa resbalando por el labio de una ola, fugaz, como los eructos de una resaca de cerveza barata. Porque lo que me arde dentro desborda anécdotas o palabras y no puede transmitirse. Se siente y se calla. Viviendo así me hice amigos únicos, hermanos de hierro, de lágrimas y de sal. Inseparables a pesar de la distancia. Y por eso te invito, porque en el compartir está la gracia. Hay que ver cómo se te enciende la tripa cuando cortás una ola, y ése es un fuego que te cambia pa' siempre.

Estoy presentando una revista como si fuese otro y quienes me escuchan se ríen, los que me conocen y también los que conocen al otro, porque saben que me estoy describiendo como en realidad no soy.

Vuelvo al momento en el que todo empezó a girar más rápido, cuando recibí un mail que decía: no es lo que nos gusta publicar, pero tu cuento va a salir en... Entonces entro a la página de AXXON, me leo, y no lo puedo creer.

Con una novela terminada, muchos cuentos (casi)* listos, el trío unido otra vez y una novia que no deja de decirme cagón, empiezo a acordame de porqué escribí que las gaviotas siempre mueren en el mar, porque no toleran la idea de sus cuerpos deshechos sobre la arena seca.

Así que tendré que encontrar la mecha, juntar a mis tipitos inventados y convencerlos pa' partir hacia el infinito, y más allá...

Porque si no estoy loco, ni soy atrevido ni estoy en pose...

¿Acaso seré escritor?


*mis casi tienden a ser tan exigentes...




Comentarios

Entradas populares